miércoles, 4 de febrero de 2015

Tranxilium

Más que una curva, el  acceso a urgencias, era un perfecto ángulo de noventa grados, lo que obligaba a frenar bruscamente a toda ambulancia que pretendiese un acceso rápido; algo que a nosotros nos venía bien, ya que nos ponía en aviso de la llegada de un paciente crítico.

Hoy se confirmaba la regla. Frenazo de UVI móvil y reflejo de los rotativos luminosos en las cristaleras de urgencias igual a  paciente crítico. El médico del equipo de urgencias que trae a la paciente es conocido como El películas. No en vano, cada vez que acude hace honor a su apodo,  parece que está rodando la mítica serie televisiva Urgencias:

-       Mujer, setenta y dos años, parada respiratoria de origen autolítico (suicidio) por ingesta medicamentosa, fármaco desconocido.

Después remataba con el mismo comentario:

-       Cuándo vais a arreglar esa curva, el frenazo me va a matar, estoy contracturado y mareado y…

Acompañados por la misma retahíla de siempre pasamos a la sala de críticos.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Bombón ahumado

El quirófano era la piedra angular, la columna que sustentaba la economía de ese hospital privado, todos los demás servicios anexos carecían de importancia. En esos anexos me encontraba yo concretamente en la unidad de medicina interna y pacientes terminales, apodada por los superenfermeros de quirófano la planta de los limpiaculos.
Los lunes, martes y jueves un enfermero limpiaculos se trasladaba parte de la mañana a reforzar quirófano. Y aquí pasaba igual que en el reino de los cielos: los últimos serán los primeros. Los últimos que llegaron serán los primeros que saldrán a reforzar quirófano.

Yo fui el último en llegar. Odiaba a muerte esos días de refuerzo: “estás  tonto, no sirves para estar aquí, necesitamos un refuerzo no un estorbo, el que vale vale y el que no a limpiar culos…” 

lunes, 28 de octubre de 2013

Frases incentivadoras

Existe un nutrido elenco de frases que, especialmente, incentivan la actividad de los distintos profesionales sanitarios. Son frases que aumentan las ganas de ir a trabajar, de formarte, de aprender, de que no pesen las jornadas laborales de noches, festivos y fines de semana.
Son las llamadas frases “incentivadoras”. Están las clásicas, las de toda la vida, dentro de estas las dos que más destacan son: “Cómo le pase algo a mi padre te mato” (claro, claro, y es que los profesionales sanitarios tenemos un don divino-mágico  adquirido a lo largo de la carrera profesional, tras superar los 15 créditos de la asignatura “Poder de Decisión sobre la vida y la Muerte” estamos capacitados para evitar la muerte en todas las situaciones). Que su padre tiene 90 años y desgraciadamente sufre un infarto masivo, no se preocupe, si la medicina tradicional falla, aplicaremos nuestros poderes mágicos, arrancando a su familiar de las garras de la muerte, en ocasiones tenemos que aplicar este poder con mesura  ya que de lo contrario, si lo sobrepasamos podemos convertir al paciente en inmortal.

Llegado a este punto, cabe preguntarse que si existe este don adquirido tras recibir dicha asignatura ¿por qué muere gente en el hospital? Es obvio. Porque, y perdonen el sarcasmo y el humor negro en este tema tan delicado, la asignatura “Poder de Decisión sobre la vida y la Muerte”, en los actuales planes de estudio es de libre configuración, no es obligatoria. No todos los profesionales sanitarios la cursan, de ahí que en ocasiones se produzca ese fatal desenlace.