martes, 13 de noviembre de 2012

Jesús, te miro


Turno de tarde en esa unidad de medicina interna, cajón desastre de patologías varias, encabezadas por multitud de abuelos. No habían pasado ni cinco minutos y la abuela de la 1212 ya había canturreado en dos ocasiones la misma cantinela: “Jesuuus te miro a los ooojos, parece mentira que te hayan clavaaado…”.

La noticia de la semana aún se comentaba. Desde hace un par de noches, la gran mayoría de los abuelos estaban desorientados y agitados durante ese turno. Quizás fuese algo totalmente normal; lo novedoso, sin duda, era la alucinación colectiva: todos habían visto a Jesucristo.

De los pacientes más afectados era la abuela de la 1212, que ya llevaba 48 horas cantando: “Jesuus, te miro a los ojos…”, seguida muy de cerca de otros que rezaban el rosario, el padrenuestro y otras oraciones.




A las 16:00 horas: Jesussss, te miro a los ojoosss, Padre Nuestro que estás.., Ave María llena eres…

A las 17:00 horas pensaba en volver a hacer la comunión, Jesuss, te miro a los ojos…

A las 18:00 horas pensé compartir el orfidal de la 1212. Jesuuuus, te miro a los ojosss…

A las 18:30 horas , mi compañera, conocedora de la noticia, sacó de su bolso un bote dosificador espray y en cada habitación daba dos pufs  y se persignaba. ¿Eso qué es ambientador? No, agua bendita. “Jesuuuus te miro a los ooojos…”. 

A las 20:00 horas la situación se hacia insostenible, estaba casi convencido de que debería ordenarme sacerdote. Y de fondo: “Jesuuus te miro a los ooojoss…”

A las 21:40 horas, rozando el fin de turno en la habitación 1212: “Jesuus te miroo a los ooojoss”. Lo de sacerdote era poco, quería que me crucificasen allí mismo.

Al salir, giré la cabeza. Desde el fondo del pasillo se aproximaba una figura, un hombre de alta estatura, delgado, de largo pelo moreno y liso… Poco puede hacer. Clavarme de rodillas en el suelo con brazos en cruz y exclamar: “Jesuuus te miro a lo ooojos…

Puede comprobar orgulloso que Jesús vestía de uniforme, uniforme de enfermero. Jesús era enfermero. En su tarjeta identificativa, lejos de recoger Jesús de Nazaret, nunca mejor dicho rezaba el nombre de  Manuel.

Y es que Manolo no venia a salvar el mundo del pecado, simplemente era mi relevo, o no, quien sabe.
 
Jesuuuuuus te mirooo a los ooojos…

3 comentarios:

  1. Hola Yo enfermero....para yo poder explicarte algo del tema diseño blogs, necesito que me digas lo que tu quisieras...Te paso mi email y me lo comentas: nmartiti@gmail.com

    Saludos!

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  2. Arderás en el infierno enfermero!!! jejejejee

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  3. Muy bueno compañero, en breve tienes para un libro, auqnue sea de reclamaciones.

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