En
aquella unidad, la muerte era tan frecuente como el reparto y la administración
de medicación, lo que nos obligó a formarnos en el apoyo a familiares en
situación de duelo.
Se
creó un equipo cuyo nombre no recuerdo: equipo de atención al duelo, o equipo
de afrontamiento del duelo, el duelo y yo... No se, lo que si recuerdo es el
primer caso en que actuó el súper equipo del duelo. Nos convoco el doctor
responsable, y allí, en su despacho, de una parte el médico, el psicólogo y el enfermero
(encarnado en mi persona), de otra las dos hermanas del cuasi difunto paciente.
El
médico, en tono solemne se dirigió a las hermanas:
-
Siento
informales que la situación de su hermano Antonio es muy grave.
Una
de las hermanas se incorporó, se inclinó
hacia el médico y con voz no menos solemne:
-
Lo
se doctor, lleva ya tres días sin cagar.